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viernes, 5 de febrero de 2016

Pau 2005 y2006 resuelta

En este enlace tenéis el examen PAU de Lengua y Literatura de 2005. 

En este enlace tenéis el examen PAU de Lengua y Literatura de 2006.


1. Propuesta de Comentario de texto de Adriana L.

 Se trata de un texto literario, que pertenece al género de la narrativa. Se trata de un fragmento extraído probablemente de una novela o un cuento, en concreto de “Médium”, de Pío Baroja. El autor, que tiene un estilo sobrio, utiliza la narración como forma de elocución, aunque en el último párrafo se asemeja a un diálogo. Además, el tema es la locura del narrador.

 Los textos literarios tienen ciertas características propias: la connotación está presente (intuimos que el narrador está loco por su comportamiento); la intención del escritor no es práctica, sino estética; se altera el código (en este caso la lengua española) para producir ese efecto estético, y esto se consigue utilizando la función poética.También están presentes otras funciones, como la referencial y la expresiva. Se aprecia el uso de algunas figuras retóricas, como la repetición (sonrió,sonrió) y la hipérbole (nuestro terror fue tan grande, que Román y yo nos quedamos mudos, paralizados), que tienen como objetivo enfatizar o exagerar sentimientos de una forma estética. Por otro lado, solo hay un adjetivo explicativo valorativo (hermosa), que ornamenta y muestra cierta subjetividad.

 Es un relato de hechos ficticios, protagonizados por unos personajes, de los que se conoce a cuatro: Román, su madre, su hermana (Ángeles) y el narrador (del que no se menciona su nombre). El narrador cuenta la historia en primera persona y es interno, ya que interviene en la trama. Estos personajes están situados dentro de un espacio y un tiempo. Así, se utilizan complementos circunstanciales de lugar (a la azotea) para acotar el espacio, y conectores que marcan la consecución de los hechos (un día, al día siguiente) , contados en tiempos verbales que marcan acciones del pasado, tales como el pretérito imperfecto (utilizado para acciones que no han terminado, o para las aquellas habituales en el pasado) o el perfecto simple (utilizado para acciones acabadas) -al día siguiente las pusimos-.

 En cuanto a la estructura, es lineal, dado que existe un orden cronológico, y se divide en : planteamiento, nudo y desenlace. En el planteamiento se expone la petición por la que el narrador hará una fotografía a la familia de su amigo. En el nudo, el protagonista está convencido de apreciar, en las pruebas reveladas,  una presencia extraña detrás de Ángeles. Por último, en el desenlace él intenta creer que no está loco.

1. Comentario de texto de Nada de Camrmen Laforet. Propuesta de Adriana L.

c) Se trata de un texto literario que pertenece al género de la narrativa. Es un fragmento de una novela, en concreto de “Nada”, de Carmen Laforet. La escritora utiliza la narrativa como principal forma de elocución, aunque también están presentes la descripción y el diálogo.

a) Además, el tema es el sentimiento de liberación de Andrea.

b) Los textos literarios tienen ciertas características, de las que se pueden apreciar algunas en este texto. La connotación carga las palabras de otros significados que no son los habituales, pero que hacen llegar un mensaje indirecto al lector -luz grisácea-. La subjetividad se nota en los adjetivos valorativos -terrible, cordial-. La intención de la escritora no es práctica, sino estética. Se altera el código (en este caso la lengua castellana) con el objetivo de dar el carácter estético deseado. Además, se aprecia el uso de las funciones poética y expresiva. Por un lado, la poética tiene la intención de aportar belleza al texto, utilizando figuras literarias, como la metáfora -temiendo perder el tren-. Por otro lado, la expresiva quiere dar a conocer los sentimientos de los personajes -me emocionaba como una liberación-. Esta última es fundamental en este fragmento, dado que la protagonista está viviendo un momento de cambio que altera sus emociones. También es importante mencionar que la función referencial está presente en todo el texto.

 Es un relato de hechos ficticios, protagonizados por unos personajes: Ena, su padre, el chófer, Andrea y su abuela. Estos personajes están situados en un espacio y un tiempo. Así, hay complementos circunstanciales de lugar, y conectores que marcan el orden de los hechos -un año antes, en el pueblo-, contados en tiempos verbales que hacen referencia al pasado, como el pretérito imperfecto (utilizado para acciones que no han terminado, o para las aquellas habituales en el pasado) o el perfecto simple (utilizado para acciones acabadas) -bajé, sentía-. Andrea es el personaje principal y, a la vez, la narradora. Es una narradora interna, ya que interviene en la trama y cuenta la historia en primera persona -no quise pensar-.

Trabajo sobre el Realismo

  1. ¿Qué pensamiento influyó en la época del Realismo?
  2. Defina el concepto de Realismo literario.
  3. ¿Qué caracteriza el Realismo?
  4. ¿Y el Naturalismo? Lea el texto de la p. 230 de Emilia Pardo Bazán
  5. ¿Existieron distintas tendencias y etapas dentro del Realismo? ¿En qué consisten?
  6. Realice un esquema de autores y obras de los principales novelistas realistas y naturalistas.

Actividades de ampliación:

  1. Lectura de algún cuento realista: ¡Adiós, Cordera! o Dos sabios de Clarín, El extranjero o La comendadora de Alarcón, La conjuración de las palabras de Galdós.
  2. Investigar qué autores realistas europeos escribieron sobre mujeres, la gran protagonista de este período.
  3. Visualización de una película basada en una novela realista: El indulto, La sirena negra, Un viaje de novios, Doña Perfecta, Fortunata y Jacinta, El abuelo, El tonto de la huerta, El gran galeoto, Pepita Jiménez .

viernes, 29 de mayo de 2015

Epígrafes de literatura para PAU 2015

1. La literatura del siglo XVIII. Ensayo y teatro
2. Romanticismo literario del siglo XIX
3. Novela realista y naturalista del siglo XIX
4. El Modernismo y la Generación del 98
5. El novecentismo y vanguardias
6. La poesía de la Generación del 27
7. El teatro anterior a 1939. Tendencias, autores y obras principales
8. La novela española de 1939 a 1974. Tendencias, autores y obras principales
9. El teatro español de 1939 a finales del siglo XX. Tendencias, autores y obras principales
10. La poesía española de 1939 a finales del siglo XX. Tendencias, autores y obras principales
11. La novela y el cuento hispanoamericanos de la segunda mitad del siglo XX. Tendencias, autores y obras principales
12. La novela española de 1975 a finales del siglo XX. Tendencias, autores y obras principales

jueves, 28 de mayo de 2015

La poesía de 1939 a finales del siglo XX. Tendencias, autores y obras principales



La segunda mitad del siglo XX está condicionada por la Segunda Guerra Mundial y por la Guerra Fría. El llamado Estado del Bienestar llevó a la sociedad al consumo de masas, lo que provocó una violenta reacción juvenil contra el orden establecido en mayo del 68. El final de siglo ha visto la desintegración de la URSS, la formación de la Unión Europea y en 2001, la destrucción del World Trade Center, que junto con los avances científicos-tecnológicos han transformado radicalmente el mundo. En el ámbito del pensamiento, las corrientes ideológicas que más han influido son el marxismo y el existencialismo y, en los últimos años, movimientos filosóficos englobados bajo el rótulo de la posmodernidad.
En España se vive un largo periodo bajo el régimen franquista (1939-1975), que pasa por la autarquía y el aislamiento en los años 40, un cierto aperturismo en los años 50 y el “desarrollismo” de los años 60. A la muerte de Franco, se restaura la monarquía con Juan Carlos I y se promulga la Constitución y el Estado de las Autonomías en 1978.
Tras la Guerra Civil, nos encontramos un panorama empobrecido por la muerte  y el exilio de los grandes poetas (solo permanecen en España Gerardo Diego, Dámaso Alonso y Vicente Aleixandre), así como un profundo aislamiento por el ambiente de posguerra. Miguel Hernández, sirve de nexo con la generación poética posterior desde la cárcel (Cancionero y romancero de ausencias).
En la poesía de los años 40, las principales tendencias de los autores de la llamada Generación del 36 son la poesía arraigada, cultivada por autores complacientes con el régimen de la dictadura, reflejan un mundo armónico y ordenado, desde las revistas Escorial y Garcilaso, con formas clásicas como el soneto y temas tradicionales como el paisaje, el amor y la religión (Leopoldo Panero -La estancia vacía-, Dionisio Ridruejo, Luis Rosales…); y la poesía desarraigada, de tono trágico, existencial, lenguaje apasionado y directo y utilización del versículo, reflejan el dolor, la desesperación y la angustia del ser humano ante un mundo caótico; aparece en 1944 con la publicación de Hijos de la ira, de Dámaso Alonso, y la aparición de la revista Espadaña (Victoriano Crémer, Eugenio de Nora, Carlos Bousoño...).
Otras tendencias minoritarias en los 40 fueron el postismo, en la línea vanguardista heredera del surrealismo y el dadaísmo (Carlos Edmundo de Ory, Juan Eduardo Cirlot); y por otra parte, el grupo “Cántico” en Córdoba, que cultivan una poesía intimista, de gran rigor estético (Ricardo Molina, Pablo García Baena).
La publicación de Historia del corazón (1954), de Vicente Aleixandre, Pido la paz y la palabra, de Blas de Otero, y Cantos íberos, de Gabriel Celaya, señalan el paso de la angustia existencial a la poesía social que predomina en los años 50. La poesía quiere ser testimonio crítico de la época y pretende denunciar la injusticia. El poeta se dirige a la “inmensa mayoría” con un estilo claro, sencillo, coloquial, a veces prosaico, para hablar del tema de España, de la solidaridad, el anhelo de libertad, la injusticia social... Aparte de Blas de Otero y Gabriel Celaya, podemos incluir también a José Hierro.
En los 60, la llamada Generación del 50 o Generación del medio siglo, cuya existencia es muy discutida, empieza a alejarse de la poesía social: Ángel González (Áspero mundo), José Agustín Goytisolo, Jaime Gil de Biedma, José Ángel Valente,  Claudio Rodríguez... A pesar de su diversidad, tratan temas personales e íntimos como la evocación de la infancia y de la adolescencia, la amistad, el erotismo... con un estilo poético muy depurado, natural, irónico y humanista,  con poemas de estructura muy elaborada y predominio del verso libre.
En 1970, el  crítico José Mª Castellet dio a conocer a los llamados novísimos, donde se pueden incluir a Antonio Martínez Sarrión, Manuel Vázquez Montalbán, José Mª Álvarez, Pere Gimferrer (Arde el mar), Guillermo Carnero, Leopoldo Mª Panero, Juan Luis Panero, Antonio Carvajal, Antonio Colinas, Luis Alberto de Cuenca... Rechazan la métrica tradicional, buscan el experimentalismo formal y lingüístico, propugnan el culturalismo (incluyendo mitos contemporáneos del cine) y el elitismo, el gusto por lo decadente, lo exquisito y lo refinado.
Los últimos años de la poesía española significan la coexistencia de varias promociones y tendencias, aunque predomina la reacción contra los Novísimos por medio fundamentalmente de la de poesía de la experiencia, con estructura narrativa, rechazo del irracionalismo y acercamiento a la poesía clásica, con un tono irónico, intimista, conversacional y temas cotidianos y urbanos: Luis García Montero (Habitaciones separadas), Felipe Benítez Reyes, Carlos Marzal... Otras tendencias son el surrealismo de Blanca Andreu, el erotismo de Ana Rosseti o la poesía épica con César Antonio Molina.
En la actualidad, la gran fuerza de las nuevas tecnologías (Internet, autopublicación, blogs, ebooks...) impulsan que las corrientes se dispersen aún más, aunque podemos destacar a  Andrés Sánchez Robayna o Elena Medel (Mi primer bikini).

viernes, 22 de mayo de 2015

El teatro de 1939 a finales del siglo XX. Tendencias, autores y obras principales

Después del desastre que en todos los órdenes supuso la Guerra Civil, al teatro, género sometido a peculiares condicionamientos ideológicos y comerciales, le costó especialmente remontar el vuelo. Algunos autores de los años treinta habían fallecido (caso de García Lorca, fusilado, o Valle-Inclán) o habían marchado al exilio (Max Aub, Alejandro Casona). Marcaremos los siguientes periodos:

Años cuarenta-cincuenta. Distinguiremos tres tendencias: teatro burgués, teatro humorístico y, más tardío, un teatro inconformista de signo existencial. El primero es un teatro que, destinado a un público acomodado, presenta conflictos de clase media o alta con cierta intriga e ingenio, una suave crítica y una cuidada técnica. Se manifiesta en forma de comedia de evasión o de drama ideológico, defendiendo siempre valores como la familia tradicional, la autoridad y la religiosidad. Entre sus autores destacaron José María Pemán, José López Rubio o Joaquín Calvo Sotelo (La muralla, 1954).

El teatro humorístico es un teatro de una comicidad intelectual cercana al absurdo, que debe mucho al atrevimiento formal y el espíritu lúdico de las vanguardias de preguerra. Sus figuras son dos autores que ya habían comenzado a escribir antes de la guerra: Miguel Mihura y Enrique Jardiel Poncela. El primero es el autor de Tres sombreros de copa (escrita en 1932 pero no representada hasta 1952); la obra opone las convenciones a la imaginación poética al mostrar, con una comicidad absurda y a veces tierna, el «flechazo» inducido que experimenta un joven tímido y convencional por una bailarina de una humilde compañía con la que coincide en la víspera de su boda. En cuanto a Jardiel, se ha calificado a su teatro de «inverosímil», porque presenta situaciones un tanto disparatadas con comicidad verbal y tono antisentimental, en obras como Eloísa está debajo de un almendro (1940).

Más tardía es la aparición de un teatro que refleja el malestar vital de personajes humildes, un teatro inconformista y existencial que se inicia con Historia de una escalera (1949), de Antonio Buero Vallejo. La obra nos presenta los conflictos amorosos, las penurias económicas y la falta de alicientes de una serie de personajes que, a lo largo de dos generaciones, viven en una humilde casa de vecindad donde la escalera que no lleva a ninguna parte acaba representando la inmovilidad. Luego Alfonso Sastre, con Escuadra hacia la muerte (1953), unirá la denuncia del militarismo a la reflexión sobre la condición humana; posteriormente su teatro derivará hacia el compromiso político y social.

Años sesenta. Al margen de la continuidad de la comedia burguesa, Buero Vallejo sigue desarrollando sus peculiares tragedias, que dejan una puerta abierta a la libertad del personaje y a la esperanza, siempre con un enfoque ético en el que se enfrentan acción y contemplación. Prevalecerán ahora los asuntos históricos y se incorporarán efectos de inmersión, en virtud de los cuales el público experimenta las mismas sensaciones de los personajes. Destaca El tragaluz (1967), historia de una familia trágicamente escindida por una guerra, que ciertamente evoca a vencedores y vencidos de la Guerra Civil española.

Además, una nueva promoción de autores desarrolla un teatro realista de protesta y de denuncia, a veces con rasgos expresionistas, en el que destacan José María Rodríguez Méndez (Los inocentes de la Moncloa, 1961), Carlos Muñiz (El tintero, 1961), Lauro Olmo (La camisa, 1962) y José Martín Recuerda, quien, en Las salvajes en Puente San Gil (1963) presenta con rasgos esperpénticos la convulsión causada por la llegada de una compañía de revista a un pueblo de la España «profunda».

Años setenta. El teatro realista va dejando paso a un teatro más experimental, como sucedió en los demás géneros. El propio Buero Vallejo acentúa los efectos de inmersión en obras como La fundación (1974), en la que un hombre va descubriendo, en paralelo con el espectador, que lo que creía una lujosa institución no es sino una cárcel en la que está junto a unos compañeros a los que ha delatado bajo torturas.

Además, surge el llamado «teatro soterrado», que mezcla influencias de grandes corrientes del siglo XX, como el teatro «épico» y político de Brecht, el teatro «de la crueldad» de Artaud y el teatro del absurdo de los años cincuenta. Sus temas centrales son la falta de libertad, la injusticia y la alienación provocada por el maquinismo y el consumismo. En cuanto a las técnicas, con frecuencia incorpora al espectáculo elementos musicales, circenses, de danza, etc.; suele presentar personajes deshumanizados y esquemáticos (a veces, animales), y las situaciones y el lenguaje suelen ser alegóricos o simbólicos, a veces grotescos, aunque las analogías con la situación política española sean evidentes. Entre sus autores destacan José Ruibal o Manuel Martínez Mediero y, en una línea más personal, neobarroca, Francisco Nieva.

También en estos años surgen los grupos de teatro independiente. Sus obras dan más importancia al espectáculo que al texto (suelen ser de creación colectiva), incorporan elementos de otros espectáculos y subgéneros teatrales (danza, cine, circo, cabaré), con la consiguiente importancia de la expresión corporal, y tratan de romper la «cuarta pared», es decir, la tradicional separación entre actores y espectadores. Llevan a cabo una síntesis de lo experimental y lo popular. Entre los más destacados figuran Tábano, en Madrid, La Cuadra, en Sevilla y Els Joglars, Els comediants, Teatre Lliure y La fura dels Baus, en Cataluña.

Asimismo, hay que citar a dos autores muy peculiares: Fernando Arrabal, que se vincula en Francia al teatro del absurdo, y Antonio Gala, que desarrolla un realismo poético con crecientes concesiones comerciales.
Desde los años ochenta. El apoyo estatal y la tendencia a reestrenos, reposiciones y adaptaciones de clásicos o de otros géneros caracterizan este periodo. Se imponen corrientes como el teatro de tema histórico (Las bicicletas son para el verano, de Fernán Gómez) y el realismo costumbrista (Bajarse al moro, de J. L. Alonso de Santos). Además, continúan los grupos de teatro independiente, algunos de los cuales, como Els joglars o La fura dels baus, alcanzan incluso cierto éxito en circuitos comerciales. Paralelamente, pervive la comedia burguesa, modernizada por autores como Rafael Mendizábal.

Ya en la transición del siglo XX al XXI, una promoción de autores nacidos entre 1957 y 1968 va abriéndose paso con el llamado «teatro posmoderno». Tratan sobre situaciones cotidianas, relaciones personales y laborales, las drogas, la violencia o la xenofobia. Técnicamente, presentan una moderada experimentación. Podemos destacar a la propia Paloma Pedrero, a Jordi Galcerán (El método Grönholm, 2003), o a Juan Mayorga (La tortuga de Darwin, 2008), con gran repercusión en el extranjero.

Tendencias del teatro actual: 

1. El teatro de compañías institucional: el Centro Dramático Nacional o la Compañía de Teatro Clásico realizan montajes de obras consagradas y contribuyen a difundir el patrimonio teatral histórico.
2. El teatro comercial: continúa la tradición de la comedia burguesa.
3. El teatro de humor: sigue cosechando éxitos con nuevas fórmulas: monólogos, cómicos, comedias mudas, etc.
4. Los nuevos autores: destaca la presencia de mujeres dramaturgas.
5. La abundancia de grupos teatrales: sobreviven en difíciles condiciones, representando obras de autores poco conocidos en salas pequeñas.
6. El teatro musical: poco habitual en España, pero hoy en día tiene un gran éxito. Se adaptan obras internacionales como Cats o se crean obras propias como Hoy no me puedo levantar.

martes, 21 de abril de 2015

Teatro anterior a 1939

Aquí tenéis dos propuestas para esta unidad.

Propuesta 1.

Propuesta 2.


Valoración crítica de Cien años de Soledad


Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez

A. Aspectos externos a la obra

1. Localización. Cien años de soledad (1967) es la novela más famosa de su autor, el colombiano Gabriel García Márquez (premio Nobel 1982), quien recoge en ella personajes y ambientes ya utilizados en cuentos y novelas cortas anteriores, todos ellos en torno al universo imaginario de Macondo. Se considera el máximo exponente del realismo mágico, tendencia literaria que surgió en Hispanoamérica entre 1940 y 1950, consistente en combinar el realismo con elementos fantásticos o imaginarios propios de la realidad americana.

B. Aspectos propios de la obra

1. Argumento y estructura. El contenido de Cien años de soledad es complejo. Narra la historia de una saga familiar, los Buendía, fundadora de la aldea de Macondo, que acabará constituyéndose en un microcosmos de la historia del Caribe, de Iberoamérica e incluso, por extensión, de la Humanidad en general. Asistimos, pues, a la génesis y el apocalipsis de ese lugar (con claras referencias bíblicas), y a los avatares de sus habitantes, marcados por una serie de motivos argumentales: la soledad, el incesto, la guerra, las lluvias interminables, la llegada de la compañía bananera… Se mezclan, pues, elementos históricos y míticos o mágicos (alquimia, profecías, monstruos, la peste del insomnio) que podrían estructurarse en tres partes (la estructura externa se divide en veinte capítulos o secuencias sin numerar): la primera parte, con rasgos míticos, presenta la fundación y establecimiento de Macondo; la segunda, la larga etapa de las guerras civiles y el protagonismo del coronel Aureliano Buendía; y la tercera, la decadencia de Macondo a partir del establecimiento de la compañía bananera. En todo caso, el relato no sigue un orden lineal.

2. Personajes. Constituyen una galería rica y compleja. Destacan, como iniciadores de la saga, José Arcadio Buendía y Úrsula Iguarán, matrimonio y parientes lejanos. El coronel Aureliano Buendía, segundo de sus hijos, protagoniza las guerras civiles. También es importante el gitano Melquíades, mago y depositario finalmente de la historia de Macondo. El autor gusta de reiterar los mismos nombres, con ligeras variantes, en numerosos personajes, lo que realza la impresión de endogamia y refleja una costumbre del Caribe. Es significativo que los Aurelianos tengan hijos y prolonguen la estirpe, mientras que los José Arcadios, no: Mientras los Aurelianos eran retraídos, pero de mentalidad lúcida, los José Arcadio eran impulsivos y emprendedores, pero estaban marcados por un sino trágico, se dice textualmente. Con frecuencia los personajes, especialmente los femeninos, muestran cualidades o características en grado extremo: la fortaleza de Úrsula, el sacrificio de Santa Sofía de la Piedad o la fuerza del segundo José Arcadio Buendía.

3. Espacio y tiempo. La cifra de cien años no es exacta: la referencia principal es el tiempo de vida de la matriarca, Úrsula Iguarán. En todo caso, como decíamos, el tiempo interno va desde los orígenes hasta el último Aureliano. El tiempo histórico o externo es más difícil de precisar: por ejemplo, las alusiones al «sabio catalán» exiliado en Macondo tras la guerra civil española parece fijar el final de la historia, como mínimo, hacia mediados del siglo xx, lo que situaría el comienzo de la acción hacia mediados del xix. En todo caso, lo importante es que algunos hechos narrados en la novela son representativos de acontecimientos históricos y sociales que han afectado a Latinoamérica, como las guerras civiles y la colonización económica norteamericana, vista negativamente a través del coronel Aureliano Buendía.
En cuanto al espacio, no se nombra ningún país concreto. Macondo, aldea imaginaria pero inspirada en el pueblo natal de García Márquez, es el epicentro absoluto de la acción. En un principio es un lugar virginal, incontaminado por la civilización. En ese ámbito rural, no cabe hablar de clases sociales hasta que llega la compañía bananera y el pueblo entra en una dinámica más moderna: sindicatos, huelgas, represiones…

4. Punto de vista narrativo. En principio la novela parece narrada por un narrador externo omnisciente que, al conocer todo lo que afecta a sus personajes, se mueve como quiere a través de su material narrativo. Al final, sin embargo, sabremos que es Melquíades quien ha recogido el relato en sus pergaminos, por lo que tenemos que hablar de un narrador interno-personaje (no protagonista), lo que refuerza la ilusión de verosimilitud y contribuye a la confusión entre realidad y fantasía que caracteriza a toda la novela.

5. Lenguaje. Aunque, lógicamente, predomina la narración (como «cuento de cuentos» se ha definido esta novela), no faltan los pasajes descriptivos. El diálogo es escaso, tal vez para salvaguardar la primacía del narrador sobre su material narrativo. El lenguaje presenta abundante adjetivación y una marcada presencia de la función poética. Es particularmente frecuente el uso de recursos de intensificación como la hipérbole, por la tendencia general a la desmesura propia del realismo mágico, que da lugar también a una cierta presencia de un humor cómplice con el lector a la manera cervantina. La sintaxis tiende a la complejidad y el léxico es rico y variado.

6. Conclusión valorativa. Cien años de soledad es una obra muy compleja y ambiciosa. Por su contenido, la historia de los Buendía y de Macondo le sirve al autor para ofrecer una visión general, en clave poética o literaria, del mundo hispanoamericano y del mundo en general, gracias a sus elementos míticos o simbólicos. Con la hipérbole como recurso muy frecuente y con un tono humorístico — que no rehúye lo trágico cuando es necesario— el autor ha conseguido un lenguaje muy innovador, pero al mismo tiempo sorprendentemente clásico y accesible al lector medio. Su equilibrio entre realidad y fantasía, su facilidad para engarzar historias y personajes fascinantes, la han convertido en un clásico moderno y en una de las más grandes novelas del siglo xx.




miércoles, 15 de abril de 2015

Modernismo y Generación del 98

Aquí podéis encontrar dos propuestas del tema Modernismo y Generación del 98.

Versión 1.

Versión 2.



lunes, 23 de marzo de 2015

Valoración crítica de Veinte poemas de amor y una canción desesperada de Pablo Neruda



Veinte poemas de amor y una canción deseperada, de Pablo Neruda



A. Aspectos externos a la obra

 1. Localización. Veinte poemas de amor y una canción desesperada (1924) es el segundo libro publicado por Pablo Neruda, poeta chileno nacido en 1904. Se trata, pues, de una obra juvenil de este gran autor que recibió el Premio Nobel en 1971 y que tocó muy diversos registros y estilos a lo largo de su trayectoria: posmodernismo, surrealismo, poesía comprometida, etc., pero siempre con su sello personal. Este libro, en concreto, se sitúa, tanto en el lenguaje como en los contenidos, en un momento de transición entre el posmodernismo juvenil y el irracionalismo vanguardista. En la edición definitiva de 1932 se realizan algunos cambios en el poema 2 y se sustituye el 9 por uno nuevo; más tarde se incluirá en el 16 la aclaración de que se trata de una paráfrasis de Tagore.

B. Aspectos propios de la obra

1. Estructura. La estructura externa consta, como el título anticipa, de veinte poemas sin título, numerados, y la "canción desesperada" final. La carencia de títulos permite una mayor libertad interpretativa por parte del lector. Internamente, sin caer en una lectura narrativa, sí se puede apreciar una cierta ordenación que iría, a grandes rasgos, desde un estado de plenitud erótica hasta la progresiva pérdida del amor. Además, la unidad de la obra se sostiene sobre un conjunto de imágenes que se reiteran y que la configuran, para unos, como una celebración del amor carnal y del goce sexual y, para otros, como una historia sentimental que acaba en el desengaño y en el fracaso.

2. Fuentes. El libro comunica una impresión de espontaneidad, de vivencia real, pero, aunque evidentemente es fruto de experiencias amorosas del autor, eso no autoriza a realizar una lectura puramente narrativa que busque en todo una base real. El  mundo que subyace en los poemas se divide, al igual que la vida y la experiencia del joven Neruda, entre su provincia natal (con sus minas, bosques y ríos caudalosos) y su nueva vida, recién descubierta, de estudiante bohemio en la capital. En consecuencia, el poeta ha mezclado en sus versos las características físicas de varias mujeres reales en su juventud para crear una imagen de la amada irreal que no se corresponde con ninguna de ellas en concreto. El propio Neruda explicó que se basó en dos modelos genéricos a los que denomina Marisol (idilio de la provincia) y Marisombra (estudiante de la capital).

3. Temas. El tema principal del libro es el amor, que aparece con variedad de matices: el amor físico, cargado de erotismo y casi siempre situado en el pasado, con una amenaza de fracaso; el amor telúrico, fuerza de la naturaleza, y el amor metafísico, salvación o asidero existencial para el amante. Los dos polos del amor son amante y amada: aquel se presenta como un ser solitario antes de la aparición del amor, y movido por un deseo nunca satisfecho; dirige casi todos los poemas a una amada evanescente, en trance de desaparecer, proclive al silencio y enmarcada en un ambiente crepuscular, con frecuencia asociada a las fuerzas de la naturaleza (pájaros, flores, mar) y a las fuerzas generativas de la tierra. La voz y los ojos, muchas veces inquietantes o casi amenazadores, son los atributos más exaltados en la amada. Los sentimientos dominantes son la tristeza y la melancolía, presentes incluso en los poemas aparentemente más gozosos. Son varios los motivos reiterados para configurar este clima: el crepúsculo, el mar cargado de tintes sombríos y asociado al naufragio o el viento, símbolo de amenaza o de dolor. En cuanto a la voz, sugiere a veces dificultades de comunicación, pero en forma de canto se convierte en celebración del triunfo de la poesía frente al olvido del amor: se plantea así una reflexión sobre el poder de la poesía.

4. Lenguaje. Respecto al lenguaje, se aprecian residuos posmodernistas en cierto léxico («crepúsculo», «pálido», «sombrío», «trémula») junto con imágenes irracionales o visionarias que anuncian ya al Neruda surrealista. Los rasgos estilísticos más destacables son la sencillez sintáctica, la abundante adjetivación, las numerosas exclamaciones e interrogaciones (emotividad), los abundantes recursos constructivos (enumeraciones, anáforas, epíforas, concatenaciones…), así como la riqueza y complejidad de las imágenes (metáforas, comparaciones…; por poner un ejemplo: "mi boca era una araña que cruzaba escondiéndose").

5. Métrica. La métrica también se sitúa a medio camino entre el posmodernismo y la vanguardia, de manera que encontramos algunos poemas de métrica regular (con preferencia por los cuartetos de alejandrinos asonantados) frente a otros en verso libre (con ritmo sintáctico-semántico).

6. Conclusión valorativa. En definitiva, con este difícil equilibrio de espontaneidad y habilidad técnica y esa capacidad para expresar sentimientos universales, Veinte poemas de amor y una canción desesperada se constituye en uno de los libros de poesía más entrañables del siglo xx. Aunque quizá escribiera obras mejores, esta es la más popular, y todavía hoy en día son numerosos sus lectores, especialmente jóvenes, con cuya sensibilidad amorosa sigue conectando. La celebración del amor y del sexo adolescente, junto a la profunda melancolía y desesperación, la intensidad de los sentimientos expresados y la belleza emotiva de sus versos siguen logrando una de las cotas más altas de la comunicación literaria.

domingo, 15 de febrero de 2015

La verdad sobre el caso Savolta de Eduardo Mendoza


A. Aspectos externos a la obra

1. Localización. Esta novela de 1975 es la primera publicada por el autor barcelonés Eduardo Mendoza, y supuso una revelación en aquel momento, al conjugar las técnicas experimentales con un renovado interés por la intriga argumental. Más adelante triunfaría con otros títulos como La ciudad de los prodigios (1986).

B. Aspectos propios de la obra

1. Argumento y estructura. Los hechos narrados, basados en los recuerdos del personaje Javier Miranda, suceden en la Barcelona del periodo 1917-1919, agitada por conflictos sindicales y revolucionarios. El personaje, a medio camino entre su simpatía por la causa obrera y su trabajo al servicio del enigmático y poderoso industrial Lepprince, se ve envuelto también en una historia amorosa con María Coral, cabaretera de origen gitano. Todo ello se une al hilo conductor de la novela: la investigación acerca del asesinato del industrial catalán Savolta, que se complica también con otros asesinatos.
La estructura externa se presenta dividida en dos partes, de cinco capítulos la primera y de diez la segunda; a su vez, los capítulos se dividen en secuencias muy heterogéneas en cuanto a punto de vista, lenguaje…, y que no siguen un orden cronológico. Esta complejidad, propia de una técnica caleidoscópica, va decreciendo de manera que, aunque exige un esfuerzo del lector, todo acaba encajando y aclarándose. Los cinco últimos capítulos de la segunda parte siguen un orden lineal y unos patrones narrativos tradicionales.

2. Temas e intención. El trasfondo histórico apunta al tema de la lucha sindical y, por extensión, el retrato de la sociedad barcelonesa de aquel periodo; ahora bien, aunque se denuncien los abusos de los patronos, también entre los trabajadores hay gentes ridículas y desaprensivas que merecen la sátira del autor. Subyacen asimismo temas más permanentes, como la ambición, el poder del dinero, el amor… No olvidemos tampoco la sensación de fracaso del protagonista, Javier Miranda, que se puede hacer extensiva al resto de los personajes, y que da a la obra un cierto alcance existencial.

3. Fuentes. El autor integra en la obra elementos heterogéneos procedentes de diversos subgéneros, en especial el policiaco (todo se articula en torno al pleito judicial posterior a los hechos, que se aclara al final) y el de folletín (misteriosas apariciones, interés por los bajos fondos, altibajos sentimentales…), tratados con cierta ironía. Introduce también informes y declaraciones judiciales, cartas, textos periodísticos…

4. Personajes. Los personajes son muy numerosos y constituyen un cuadro muy vivo de la Barcelona de la época, en todos sus estamentos sociales, con preferencia por los extremos: alta burguesía y gentes del submundo marginal, que el autor retrata casi siempre con ironía no exenta de humanidad. Pero el protagonista, y narrador de buena parte de la historia, es Javier Miranda, marcado por la lucha entre sus nobles impulsos y la debilidad de su carácter, que le lleva a la indignidad y a la conciencia de fracaso. Lepprince es el individualista ambicioso y sin escrúpulos: enigmático, frío y obsesionado por el poder, acaba siendo víctima de su propia trama. Y María Coral, surgida de la miseria, aprovecha su gran poder sobre los hombres pero es a la vez frágil y vulnerable, tan pronto dulce como perversa, con algo de heroína de folletín. Otras grandes creaciones, que solo podemos mencionar, son el periodista Pajarito de Soto, el abogado Cortabanyes, la delicada María Rosa Savolta, el astuto comisario Vázquez… Hay algunos retratos magníficos de algunos de ellos, pero no de los principales, cuyos rasgos físicos no se nos dan. Y todos tienen en común el hecho de que no cumplen sus objetivos.

5. Cuestiones de género: punto de vista narrativo, espacio, tiempo… Como decíamos, la novela presenta cierta complejidad técnica: en cuanto al punto de vista, junto a la primera persona del narrador interno protagonista Javier Miranda, aparece la tercera persona omnisciente, además de documentos que aportan otros puntos de vista, lo que propicia el uso del perspectivismo (diversos enfoque en un mismo hecho). En cuanto al espacio, las descripciones, siempre de ambientes eminentemente urbanos, tienen gran funcionalidad para reforzar estados de ánimo y situaciones; así sucede con el cabaret, el salón de baile, el Barrio Chino, el balneario y tantos otros. Sobre el tiempo, ya hemos visto que el orden de la historia y el de relato no coinciden; hay dos planos: el del recuerdo de Javier en torno al pleito, y el de los hechos que años atrás (en 1917-19) provocaron ese pleito; a su vez, esos hechos también se presentan desordenados, con retrospecciones o saltos atrás, sobre todo en la primera parte. En todo caso, el tiempo externo o histórico se refleja con precisión y desempeña un papel importante en la novela.

6. Lenguaje. La heterogeneidad de elementos que componen la novela da lugar a un lenguaje muy variado. El autor puede parodiar el tono de un folletín, de un informe policial, de un artículo de prensa o de un encendido discurso revolucionario; en ocasiones, al recrear ambientes y situaciones de la alta burguesía, adopta un estilo decadentista de sabor decimonónico. Aunque hay momentos de lirismo, predomina siempre un ligero humor distanciador. Muestra así un gran dominio del lenguaje, patente también en los vivos y sabrosos diálogos, a veces refinados y retóricos, a veces naturales e incluso soeces, casi siempre con un trasfondo de ironía.

7. Conclusión valorativa. Estamos ante una obra sorprendente por su variedad, que no le resta armonía: el interés del argumento y de su fondo social e histórico queda realzado por su complejidad técnica, que no resulta un obstáculo, sino más bien un estímulo, para su comprensión. 

lunes, 26 de enero de 2015

Literatura romántica

Guía de lecturas del romanticismo:

Poesía:
  1. Poesía narrativa: Espronceda: El estudiante de Salamanca, El diablo mundo.
  2. Poesía lírica: Espronceda: A la muerte de Torrijos. La canción del pirata. A Jarifa en una orgía.
    Bécquer: Rimas. Rosalía de Castro: Adios rios adios fontes.

Prosa:
  1. Bécquer: Leyendas: El rayo de luna. Actividad: comparación de los temas de esta leyenda con el contenido de las Rimas.
  2. Cuadro de costumbres: Larra: El café y Carta a Andrés. (Actividades a continuación)
Teatro:
  1. Duque de Rivas: Don Álvaro o la fuerza del sino (página 228 del libro)
  2. José Zorrilla: Don Juan Tenorio (Actividades a continuación)

Actividades de los textos de Larra:

Actividades sobre el texto 1

a. Este fragmento pertenece a los primeros párrafos del artículo (párrafos 2º y 3º) en los que se presenta la situación que sirve de pretexto al autor para construir su artículo. Describe tal situación. ¿Qué predisposición muestra ante lo que va a describir? Señala las palabras concretas en que esto se hace explícito.
b. Lo que sí podía sorprender quizás era el tono un tanto insolente de aquel observador de la sociedad. Señala algunas de las afirmaciones en las que se pueda rastrear ese tono.
c. En este fragmento Larra, para crear su prosa satírica, acumula observaciones burlonas sobre una serie de tipos genéricos, enmarcados en una situación representativa de la vida social. ¿Qué tipos son?
d. A cada personaje lo va a caracterizar por un rasgo peculiar de su apariencia, rasgo que al quedar aislado experimenta una amplificación caricaturesca. Señala cuáles son estos rasgos. ¿Qué finalidad persigue con ello el autor?
e. Para trazar todo ello el autor se vale de diversos procedimientos. Recoge ejemplos y valora el resultado con ellos alcanzado.

• hipérboles
• metáforas ridiculizadoras
• símiles
• adjetivación valorativa
• superlativos
• léxico coloquial

Actividades sobre el texto 2

a. ¿Qué se critica en este fragmento? ¿Te parece una postura optimista o pesimista?
b. Hay una expresión que recoge de forma muy expresiva el conflicto tratado por Larra. Señálala. ¿Qué figura literaria es?
c. Con frecuencia, para dar eficacia a sus críticas, crea un cierto perspectivismo inventando personajes. ¿Qué personaje inventa aquí? ¿Para qué le sirve?
d. En este artículo Larra se vale de una corrosiva ironía, uno de los procedimientos más utilizados por él en su particular estilo. Señala ejemplos y explícala. ¿Quiénes son los «batuecos»?
e. Busca ejemplos de otros procedimientos estilísticos usados por el autor para dar eficacia a su crítica.

• adjetivación valorativa
• exclamaciones retóricas
• aleluyas humorísticas
• tono elevado y altisonante
• para ridiculizar una
• afirmación
• sufijación valorativa
• expresiones coloquiales

ROMANTICISMO. TEATRO. Don juan Tenorio
a. Busca información sobre el argumento de Don Juan Tenorio.
b. Don Juan Tenorio es el drama romántico más popular pese a lo controvertida que ha sido su valoración literaria. El texto que acabas de leer es la antepenúltima escena de la obra. Observa los siguientes aspectos.
1) ¿En qué situación se encuentra el protagonista en esta escena?
2) ¿Qué rasgos de su personalidad percibimos? Cita aquellas expresiones que los reflejen. ¿Qué cambio se apunta en él? Indaga sobre los antecedentes literarios de tal personaje.
3) ¿Qué personaje femenino aparece nombrado? Busca información sobre su papel en el desenlace de la obra.
4) En este drama el protagonista termina salvándose por amor. Esta resolución novedosa con respecto a la tradición refleja claramente la ideología del autor, quien sin duda se siente atraído por la figura legendaria del «rebelde», pero a la vez convierte esa rebeldía en algo reprobable y de la que el mismo don Juan reniega en el último momento. ¿Puedes rastrear «pistas» de esto en nuestro texto?
5) La presencia de espectros, el ambiente sepulcral y fúnebre..., ¿con qué podemos relacionarlo estéticamente?
6) La presencia de la estatua se relaciona con el motivo del «convidado de piedra». Busca información sobre tal motivo.
7) Se hace referencia en el texto a un festín ¿Qué se ofrece en él? ¿Qué simboliza cada uno de esos ingredientes?
8) La idea del tiempo, del plazo que se cumple, del reloj que marca esto, es esencial en el drama y aporta tensión al mismo. Señala su presencia en el texto.
9) Entre los defectos que se le han achacado a este drama está cierto efectismo en algunas escenas donde el autor abusa de lo sobrenatural, lo fúnebre... ¿Crees que es así en la que has leído?
10) Una de las cualidades de Zorrilla es su ágil manejo del verso. Analiza la métrica del fragmento y su sonoridad.
11) Como sabes, el teatro romántico no tiene por finalidad educar al público como el teatro del XVIII, sino conmoverlo, tocar su sensibilidad y emocionarlo. ¿Observas en esta escena ingredientes que propicien tal objetivo?