Veinte poemas de amor y una canción deseperada, de Pablo Neruda
A. Aspectos externos a la obra
1. Localización. Veinte poemas de amor y una canción
desesperada (1924) es el segundo
libro publicado por Pablo Neruda, poeta chileno nacido en 1904. Se trata, pues,
de una obra juvenil de este gran autor que recibió el Premio Nobel en 1971 y
que tocó muy diversos registros y estilos a lo largo de su trayectoria:
posmodernismo, surrealismo, poesía comprometida, etc., pero siempre con su
sello personal. Este libro, en concreto, se sitúa, tanto en el lenguaje como en
los contenidos, en un momento de transición entre el posmodernismo juvenil y el
irracionalismo vanguardista. En la edición definitiva de 1932 se realizan
algunos cambios en el poema 2 y se sustituye el 9 por uno nuevo; más tarde se
incluirá en el 16 la aclaración de que se trata de una paráfrasis de Tagore.
B. Aspectos propios de la obra
1. Estructura. La
estructura externa consta, como el título anticipa, de veinte poemas sin
título, numerados, y la "canción desesperada" final. La carencia de
títulos permite una mayor libertad interpretativa por parte del lector.
Internamente, sin caer en una lectura narrativa, sí se puede apreciar una
cierta ordenación que iría, a grandes rasgos, desde un estado de plenitud erótica
hasta la progresiva pérdida del amor. Además, la unidad de la obra se sostiene
sobre un conjunto de imágenes que se reiteran y que la configuran, para unos,
como una celebración del amor carnal y del goce sexual y, para otros, como una
historia sentimental que acaba en el desengaño y en el fracaso.
2. Fuentes. El
libro comunica una impresión de espontaneidad, de vivencia real, pero, aunque
evidentemente es fruto de experiencias amorosas del autor, eso no autoriza a
realizar una lectura puramente narrativa que busque en todo una base real.
El mundo que subyace en los poemas se
divide, al igual que la vida y la experiencia del joven Neruda, entre su
provincia natal (con sus minas, bosques y ríos caudalosos) y su nueva vida,
recién descubierta, de estudiante bohemio en la capital. En consecuencia, el
poeta ha mezclado en sus versos las características físicas de varias mujeres
reales en su juventud para crear una imagen de la amada irreal que no se
corresponde con ninguna de ellas en concreto. El propio Neruda explicó que se
basó en dos modelos genéricos a los que denomina Marisol (idilio de la provincia) y Marisombra (estudiante de la capital).
3. Temas. El tema
principal del libro es el amor, que aparece con variedad de matices: el amor
físico, cargado de erotismo y casi siempre situado en el pasado, con una
amenaza de fracaso; el amor telúrico, fuerza de la naturaleza, y el amor
metafísico, salvación o asidero existencial para el amante. Los dos polos del
amor son amante y amada: aquel se presenta como un ser solitario antes de la
aparición del amor, y movido por un deseo nunca satisfecho; dirige casi todos
los poemas a una amada evanescente, en trance de desaparecer, proclive al
silencio y enmarcada en un ambiente crepuscular, con frecuencia asociada a las
fuerzas de la naturaleza (pájaros, flores, mar) y a las fuerzas generativas de
la tierra. La voz y los ojos, muchas veces inquietantes o casi amenazadores,
son los atributos más exaltados en la amada. Los sentimientos dominantes son la
tristeza y la melancolía, presentes incluso en los poemas aparentemente más
gozosos. Son varios los motivos reiterados para configurar este clima: el
crepúsculo, el mar cargado de tintes sombríos y asociado al naufragio o el
viento, símbolo de amenaza o de dolor. En cuanto a la voz, sugiere a veces
dificultades de comunicación, pero en forma de canto se convierte en
celebración del triunfo de la poesía frente al olvido del amor: se plantea así
una reflexión sobre el poder de la poesía.
4. Lenguaje. Respecto al lenguaje, se
aprecian residuos posmodernistas en cierto léxico («crepúsculo», «pálido», «sombrío»,
«trémula») junto con imágenes irracionales o visionarias que anuncian ya al
Neruda surrealista. Los rasgos estilísticos más destacables son la sencillez
sintáctica, la abundante adjetivación, las numerosas exclamaciones e
interrogaciones (emotividad), los abundantes recursos constructivos
(enumeraciones, anáforas, epíforas, concatenaciones…), así como la riqueza y
complejidad de las imágenes (metáforas, comparaciones…; por poner un ejemplo: "mi boca era una araña que cruzaba
escondiéndose").
5. Métrica. La
métrica también se sitúa a medio camino entre el posmodernismo y la vanguardia,
de manera que encontramos algunos poemas de métrica regular (con preferencia
por los cuartetos de alejandrinos asonantados) frente a otros en verso libre
(con ritmo sintáctico-semántico).
6. Conclusión
valorativa. En definitiva, con este difícil equilibrio de espontaneidad y
habilidad técnica y esa capacidad para expresar sentimientos universales, Veinte poemas de amor y una canción
desesperada se constituye en uno
de los libros de poesía más entrañables del siglo xx. Aunque quizá escribiera obras mejores, esta es la más
popular, y todavía hoy en día son numerosos sus lectores, especialmente jóvenes,
con cuya sensibilidad amorosa sigue conectando. La celebración del amor y del
sexo adolescente, junto a la profunda melancolía y desesperación, la intensidad
de los sentimientos expresados y la belleza emotiva de sus versos siguen
logrando una de las cotas más altas de la comunicación literaria.